Observador Ciudadano Tu página de inicio

¿QUIÉN PROTEGE A CABRERA ZAVALETA?
César Augusto Vázquez Chagoya
5 de marzo 2006


Martín Gaudencio Cabrera Zavaleta es todo un caso para la historia política de Veracruz. Hombre inteligente, luchador y rebelde, nace en Orizaba un 30 de enero de 1956; está casado con la ingeniero químico Blanca Esther Pérez García, también catedrática de la facultad de Química de la Universidad Veracruzana, con tres hijos.Martín, en su vida ha sido delegado del Registro Público de la Propiedad en Orizaba por 7 años, presidente del Comité Municipal del PRI en Orizaba. Durante 6 años, en el gobierno de Patricio Chirinos Calero, fue coordinador regional de la Dirección de Gobernación en Orizaba y Córdoba, con todo el respaldo y apoyo de Miguel Ángel Yunes Linares, secretario de Gobierno de ese entonces. Fue diputado local suplente y llegó a su sueño político ser alcalde de la famosa pluviosilla del 2000 al 2004.Ahora lo niega, pero en su actuar político imita a Yunes Linares, con quien se resiente en 1997, al no postularlo candidato a la presidencia municipal y se inclinara por su eterno enemigo Fidel Kuri, quien pierde la alcaldía en manos del PAN.
Desde entonces, ya no alaba a Yunes, pero sin querer lo admira e imita mal.En el 2000, Cabrera Zavaleta recupera la alcaldía para el PRI después de una unión con el tres veces presidente del PRI, Ezequiel Cruz Arellano, ex diputado local y líder del Movimiento Territorial, con el compromiso de hacer alcalde en 2004 a Ezequiel, pero el futuro no lo tenían escriturado y eso les cambió todo.No se sabe cómo pudo cambiar tanto en 4 años cuando fue alcalde y se volvió golpeador “el primer fidelista”, quien manifestara en el 2001 que su “gallo” a la gubernatura para el 2004 era el senador Fidel Herrera Beltrán, y según Martín, por eso se le fueron encima los alemanistas puros como Alejandro Montano Guzmán y Flavino Ríos Alvarado, quienes le armaron un “complot”, por lo tanto se autollama el “Peje Veracruzano”, pero lo cierto es que lo anterior no fue determinante.
Él solo se labró su destino.En esa lucha de intereses, Martín Gaudencio se peleó como alcalde con todos y no cuidó las cuentas públicas, que lo tienen ahora a un paso de la cárcel. El licenciado Rogelio Barrios, el primer tesorero municipal de Martín, le renunció por el desbarajuste en pedir dinero sin comprobar y cambiar partidas para obras públicas para el gasto corriente.Martín enrareció el ambiente por todos lados: con los partidos políticos de oposición y con sus mismos compañeros de partido. En la primera revisión de la cuenta pública del año 2001, empieza su jaloneo con la Legislatura, tachando a sus dirigentes Ignacio Gonzalez Rebolledo, coordinador de la Junta de Coordinación Política, y al Lic. Amadeo Flores Espinosa, Presidente de la Mesa Directiva, de orquestar una campaña en su contra porque apoya a Fidel Herrera. Su soberbia no quedó ahí.Aunque hizo obra pública, se enfrentó a la clase dirigente empresarial donde destacan Juan Manuel Diez Franco y Francisco Jiménez Espinosa, por los permisos de la Feria de Orizaba, porque por una parte decía Martín que afectaba a la economía de los comerciantes establecidos y por otra los amenazaba con consecionar la feria a comerciantes de estados vecinos. Todo en contradicciones. La realidad las convertía en intereses.
Al líder de los electricistas, Víctor García Trujeque, no lo bajaba de ratero. A Fidel Kuri, ex diputado local, lo acusaba de quedarse con un edificio que era del ayuntamiento y que se lo había dado Dante Delgado. Kuri criticaba a través de la columna de su amigo Luis Rodríguez Zavala, quien nunca bajo a Martín de “ratero”, y siempre presentó pruebas en su columna política “Palabra de Periodista”, pero como Rodríguez era también asesor de prensa de Gonzalez Rebolledo (como si González fuese un chamaco inexperto, llevado por los enemigos del alcalde de Orizaba) Martín interpretaba y agarraba todo para defenderse de lo que poco a poco se le ha vuelto realidad: el saqueo a las arcas públicas del ayuntamiento de Orizaba.En sus 4 años como alcalde, Martín se perdía de sus funciones y era común que agarrara días tomando; todavía se recuerda que un día del 2003, exactamente el 27 de mayo, en un bar de Fortín, Cabrera Zavaleta hablaba por celular con el subsecretario de Protección Civil, Francisco Sardiña, quien tenia cinco días sin dormir queriendo apagar un incendio en las faldas del Pico de Orizaba, y le suplicaba al alcalde que tenía tres días de “fiesta”, que le mandara más brigadas y pipas con agua.En esas aventuras se mete con la iglesia evangélica, en clausurarle la construcción de una iglesia, dizque porque se oponían unos vecinos, y el dirigente estatal de esa iglesia Ricardo Aquino Alfaro, cuestionaba “nadie se opondría si fuera un antro de vicio”, en clara alusión al entretenimiento del alcalde, asiduo visitante de los lugares de alegría y desenfreno.Ya el 4 de mayo del 2003, un día antes de que tomara posesión Flavino Ríos como secretario de Gobierno, la tesorera municipal de Orizaba, María Antonia Carmona, rechazaba el desvío de recursos en el ayuntamiento.
En clara confrontación con grupos económicos y políticos, los comerciantes de la CNC, CROC, CNOP, CROM y la CANACO, todas organizaciones priístas a excepción de la CANACO, le echaban en cara a su alcalde el haber instalado la central de abastos y mercado en el terrero de la cantera TUGRABLOCK, que era un lugar inseguro además de ser una competencia desleal.Ya también en ese entonces, no conectado su cerebro a su lengua, se va con todo contra el regidor del PRD de su comuna, Joaquín Hernández González, a quien lo cuestiona públicamente y lo critica “a pesar de que le paga bien”, y sin querer, revela la violación a la ley, al sacar a la luz pública que al regidor lo había recomendado con Mauro Loyo Varela para que le dieran una plaza en el Hospital Civil de Río Blanco; así que el señor Hernández González cobraba en el Gobierno del Estado sin trabajar bajo el solapamiento de Cabrera Zavaleta, quien se echa solo de cabeza cuando criticó al “protegido”.El 13 de mayo, Cabrera reconoce públicamente haber desviado 3 millones y medio de participaciones federales para obras aprobadas, para pagar el gasto corriente, (restaurantes, bares, sueldos, viáticos, etc.)También en 2003, el entonces Presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Veracruz, Jose Luis Rivera Huesca, revela que el Ayuntamiento de Orizaba no acata las recomendaciones que emite, en cuanto a las violaciones de derechos humanos de los policías municipales y se veía obligado a turnar los casos a la Legislatura del Estado para que procediera conforme a derecho. Esa prepotencia gubernamental se agravaría en Orizaba en el 2004, que empieza con la cartita de Cabrera Zavaleta a los Santos Reyes, a quienes les pide que hagan gobernador del Estado a Fidel Herrera Beltrán.No se sabe a ciertas que si le perjudicó o benefició que haya ganado la gubernatura Herrera Beltrán, pero lo objetivo es que Martín se volvió más belicoso. Cuando Yunes Linares realizó la campaña mediática en contra del candidato a la Gubernatura del PRI, a su antiguo protector Martín no lo bajaba de “perro”.Después, en una jugada de quién sabe quién, le meten como candidato de la alianza del PRI con el PVEM al diputado Alfonso Domínguez Ferraez, para la alcaldía y Martín no le puede cumplir a Ezequiel Cruz Arellano, presidente del PRI, quien se va a la oposición y realiza una campaña “rara”, porque en vez de pedir que votaran por Dante para Gobernador, promueve a Fidel Herrera y para Diputado al priísta Víctor Gracia Trujeque. Los resultados fueron desastrosos.Gana la alcaldía el PAN a través de Emilio Standelman, ex regidor priísta en sus años mozos y concuño del empresario cervecero Francisco Jiménez Espinosa y de Gerardo Buganza. En el distrito pierde Trujeque y Fidel. El mundo se le vino encima a Martín Cabrera.
Ya antes había mandado a golpear a un ex Policía Auxiliar por repartir volantes en su contra, por lo que fue acusado penalmente y el Juez Julio Luis Bousas Garcia le gira orden de aprehensión.Cabrera Zavaleta, como pago al juez que cumplió con su deber, lo acusa ante el Tribunal de Justicia, diciendo que el juez le pedía 60 mil pesos para cambiar el veredicto. Después, acusa penalmente al alcalde electo Emilio Standelman porque lo difamó al declarar que su administración era corrupta.Los tiempos felices para Martín se le fueron. Desde que salió de la presidencia municipal no ha dejado ahora de atacar abiertamente a Miguel Alemán, a Montano, a Flavino, a Mariani, a Rebolledo, Amadeo, Edel, bueno hasta a Mota Hernández, su presidente de su partido, porque no lo defendía, por lo que Martín decía que sólo merecía ignorarlo y despreciarlo. Restriega a todos los que se atreven a criticarlo y aplicarle la ley, diciendo que le tienen envidia, porque él antes que nadie había apoyado al gobernador Herrera Beltrán.Hay una cosa curiosa. Cabrera no tiene dinero: se compró una casa en el 2001 con crédito bancario de Banamex, y dio de enganche 500 mil pesos y el resto a 15 años; el costo de la vivienda era de un millón 200 mil pesos. En este 2006, Martín tampoco tiene dinero y ahora es acusado de desviar más de 105 millones de pesos de las cuentas públicas desde el 2000 al 2004, entonces ¿quién se los gastó?Así es. Para la mala fortuna de Martín, no ha comprobado la anterior cantidad, por lo que hace quince días el Juez Tercero del Distrito de Orizaba, Laurentino Sosa Capistrán, le dictó orden de aprehensión por el desvió de más de 8 millones de pesos sólo por la cuenta del 2001, en la causa penal 18/2006.El oficio para su detención le fue remitida al comandante de la Policía Ministerial de Orizaba, Carlos Carvajal Loperena, pero Martín se sigue paseando por Orizaba y ha estado en Xalapa pidiendo audiencia pública con los funcionarios estatales y nadie lo ve.
Si todos ven a Martín Cabrera Zavaleta, entonces nos explicamos el porqué el Director de la Policía Ministerial, José Gabriel Pérez, no da una en la ola de asesinatos en el estado.Carlos Carvajal Loperena es uno de los mejores policías del estado y del país, y no se comprende cómo no puede agarrar a Martín Cabrera Zavaleta, a menos que tenga una orden superior de no proceder, y se quiere saber porqué se viola la ley. En toda la historia de Veracruz, ningún funcionario público ha reparado el daño de lo robado a las tesorerías municipales y estatales. Por lo que se ve, todo seguirá igual.A Martín Gaudencio Cabrera Zavaleta no se le detiene porque es amigo del gobernador Fidel Herrera Beltrán, según entiende por justicia el buen “Chapo”. No tiene el asunto tantas vueltas. Ahora nos van a resultar peor que los alemanistas: “Para mis enemigos la justicia a secas, y para mis amigos, las consideraciones que da la ley”.Mientras más tiempo se tarden en aplicar la orden de aprehensión, se da la oportunidad de un amparo federal. Pobre Veracruz, que vive entre saqueadores y los que envilecen con su demagogia.
___________________________________________________________________


Suscríbete a nuestro Sistema Informativo,

Envia un mail con la palabra SUSCRIPCION,

(Suscribete aquí)