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EL DEPORTE: LA VERGÜENZA
César Augusto Vázquez Chagoya
2 de mayo de 2006


Vaya que todavía nos falta ver mucho en materia política en Veracruz. Ahora los legisladores del PRI le dicen a los del PAN que si no aprueba la modificación al artículo quinto de la Ley Estatal del Deporte para apoyar económicamente al equipo profesional de fútbol “Los Tiburones Rojos” del Veracruz, la afición los juzgará. Los otros responden que están hartos de las pillerías y del saqueo a los Tiburones cometido por Rafael Herrerías y que todavía no se le castigue; que están de acuerdo con apoyar a los Tiburones Rojos del Veracruz, pero con “candados”.


Por un lado, los priístas deben estar muy condolidos porque la afición “sufrió” mucho el pasado sábado en encuentro entre los Tiburones Rojos y el Morelia, donde empataron a un gol y lo que permitió que el equipo porteño se mantuviera de “panzazo” en la máxima liga; por otro lado, los panistas quieren castigar al gobernador Alemán y a Rafael Herrerías por el desfalco de mil millones de pesos del dinero del pueblo invertidos en el equipo escualo, más el robo de sus mejores jugadores vendidos al equipo América, de Televisa.


Nosotros no sabemos de qué afición hablan los priístas y los panistas: ¿de aquella que le gusta que gane el “Tiburones” sin impórtales a quien pertenezca? ¿O de la que le de igual pierda o gane? ¿O aquella minoría que agarra con pasión el fútbol y tiene como sus favoritos a los Tiburones u otro equipo ganador de otro lugar porque no nos gusta perder?


Antes de hablar de la afición, antes de pensar en destinar dinero público para los equipos profesionales, debemos preguntarnos ¿en qué beneficia a los jóvenes de Veracruz que se apoye a equipos profesionales llenos de extranjeros? En el básquetbol, los norteamericanos, y en el fútbol, los sudamericanos.


¿Tenemos tanto dinero para tirarlo mientras nuestro deporte infantil y juvenil está en la ruina? ¿Trabaja bien el Instituto Veracruzano del Deporte? ¿Nuestras escuelas a donde asisten un millón 800 mil alumnos tienen instalaciones y personal para que desarrollen el deporte? ¿Las canchas en cada congregación del suelo veracruzano están en buenas condiciones? ¿Saben los diputados locales que la mayoría de nuestros jóvenes y niños pagan por jugar al estar las “ligas” en manos de vivales?


En fin, teniendo mal nuestro deporte, no sabemos en qué cabeza cabe destinar millonarias cantidades para el deporte profesional de extranjeros, mientras nuestros jóvenes y niños cada día está más gordos y sujetos a la creciente enfermedad de la diabetes, o a las garras de la delincuencia organizada por no tener actividades de esparcimiento formadora del carácter.


¿Qué moral tenemos los ciudadanos de Veracruz que no hemos podido tan siquiera recuperar algo de lo robado por Herrerías? Con qué cara se puede pedir más dinero para negocios particulares disfrazados de una propiedad del gobierno, cuando nadie nos ha explicado quiénes fueron los responsables de la reventa cuando el Tiburones jugó con el América, que no sólo fue negocios para funcionarios del Gobierno del Estado, si no que se puso en peligro la vida de miles de aficionados.


Como ya pasó el escándalo, la autoridad no explica nada, no hay culpables. Los de la taquilla fueron unos tontos porque les clonaron boletos. Si en un evento a donde va el gobernador Herrera Beltrán cometen anomalías sus empleados, qué se puede esperar en el futuro. El equipo de los Tiburones paga la multa impuesta por la Direccion de Protección Civil de Boca del Rio ¿Y quién se quedó con el dinero? Se dijo que se iba a denunciar. ¿Qué ha dicho la autoridad judicial de la “gran estafa”?



Si hay algo que nos puede herir y no levantar la cara ante los niños y jóvenes, es que miles de ellos en los centros urbanos exponen sus vidas al querer jugar en las calles. ¿Qué eso no nos avergüenza? Nadie se opone a que se apoye al deporte profesional, pero antes acabemos con nuestro rezago deportivo que también es parte esencial del desarrollo de los niños y jóvenes, de donde van a salir los profesionales. Pero todo es al revés con fórmulas políticas de “pan y circo”.



Parece que en Veracruz sólo se habla de deportes, cuando sale el tema de los Tiburones en la Cámara de Diputados para señalar el robo en el sexenio de Miguel Alemán; o cuando se ataca a Carlos Sosa Lagunes al frente del Instituto Veracruzano del Deporte, y sobretodo cuando pierde el Tiburones Rojos del Veracruz.



Ni Alemán, ni Herrerías, ni Carlos Sosa Lagunes y menos los Tiburones, son más grande que la urgencia de una reestructuración a fondo para los niños y jóvenes. Pero nadie toca el tema.


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