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YUNES ZORRILLA, CONTRA EL DESTINO
César Augusto Vázquez Chagoya
21 de mayo de 2006



José Francisco Yunes Zorrilla en su incursión en la política lucha en contra del destino. Desde que mataron a su abuelo Julián Yunes Turbay, su familia habían decidido que ninguno de sus miembros se metería de frente a la política, aunque han sido tradicionalmente priístas y han apoyado decididamente a su partido no sólo con presencia, sino con cuantiosos recursos económicos, los que les ha permitido tener relaciones excelentes con los gobernadores, senadores y diputados.

No participar en política, proviene de la marca que les dejo el homicidio de Julián Yunes Turbay. Hay dos versiones de los hechos y cada quien lo cuenta como quiere porque está basado en rumores: gobernaba Veracruz Fernando López Arias, quien tenía delimitado los poderes en cada región. Era muy amigo de Yunes Turbay. Era el cumpleaños de Héctor Sequera Rivera, originario de Tantoyuca y subsecretario de Gobierno.

La primera versión habla que el principal guardaespaldas de López Arias, “Marquitos”, que venía de México, cargaba una escuadra que ocupaba peines de 32 balas. Ese día fue la comida en un rancho que tenía Sequera por “Las Trancas”, y el policía ya se disponía a descansar por los días de desvelos que traía acumulados por andar con el gobernador, y estando ya arriba del coche lo llamaron diciéndole que le hablaba el jefe, que departía en una mesa con Sequera y Julián Yunes, siendo éste quien lo empezó a bromear que ya se había cansado, y de repente los dos desenfundan y se empiezan a disparar, cayendo muertos ambos. El gobernador se había metido debajo de la mesa y fue sacado del lugar por sus demás guardaespaldas.

La segunda versión fue que después de la comida en el rancho de Héctor Sequera, López Arias con Don Julián, se fueron a jugar barajas al restaurante “Dos Naranjos” ubicado en Las Trancas, propiedad de Pablo Platas y su hermana. En dicho lugar se comía bien y estaba alejado en ese tiempo de Xalapa y llegaban empresarios, periodistas, políticos, etc.

En un lugar apartado se pusieron a jugar estos hombres conocidos por sus bravuras. Jugaban fuerte. Los únicos guardaespaldas que entraron fueron los del gobernador. El que iba ganando fue Julián Yunes y López Arias, ya víctima del alcohol al igual que su oponente, no quiso pagar, lo que enfureció al peroteño, quien lo agarra de la solapa de la camisa con una mano y con la otra tenía la pistola y le reclamaba que no fuera “rata” y otras lindezas, pero fue un error fatal, que si bien no quería matar al gobernante, “Marquitos” como se llamaba el principal guardaespaldas de López Arias, le empezó a disparar a Don Julián y éste a contestarle, muriendo ambos en el acto.

Fernando López Arias, chiquito de cuerpo, se metió bajo la mesa y nadie se dio cuenta que se salió del lugar entre los cafetales mientras se mataban Don Julián y “Marquitos”. Entre el escándalo y corredera de guardaespaldas y personal del restaurante, se percataron que no estaba el gobernador y se pensó en un principio que se lo había llevado la gente del peroteño y a la media hora llega un taxi avisando que el licenciado López Arias se encontraba en palacio de gobierno.

La versión oficial de la muerte de Julián Yunes Turbay fue que le dio un infarto, mientras todo era rumor en la capital del estado. Ningún periódico publicó nada. La familia de Don Julián se quedó callada y hasta la fecha lo está. Esa actitud le ganó el aprecio de la clase política en general, porque eran políticos hechos en el campo de batalla. Todos los gobernadores, sin excepción, como un aprecio a la familia Yunes Suárez, han pernoctado o comido en la hacienda de Don Julián, una construcción de piedra y que refleja la vida campirana de la región de Perote.

Prácticamente el que toma el control de la familia en cuanto a negocios y relaciones públicas fue José Yunes Suárez, y se dice que tiene magnificas relaciones de negocios en todo el mundo. Se casó con la señora Adriana María Zorrilla, hija del comerciante español Francisco Zorrilla Fernández (que no tiene que ver con los de Tecolutla). Sus hijos son: Ramsés, quien es licenciado en Comunicaciones y es el principal conductor de noticias de Radiotelevisión de Veracruz; José Francisco, el único de toda su familia que se ha metido a la política y ha sido alcalde, diputado federal, local y ahora candidato a la senaduría por Veracruz, y estudió Administración de Empresas.

Sigue Adriana, quien también es licenciada en Administración de Empresas. Las gemelas Ana María y Ana Gabriela: una estudió contaduría pública y otra para administradora. Como se ve en la familia de Don José, prevalecen los administradores porque los negocios lo requieren. Son dueños de la calera “Santa Emilia”, una bloquera con todos los adelantos tecnologicos; tienen bodegas para el ferrocarril, fraccionamiento, el salón social Tambirini, y por un tiempo concesiones de explotación de madera, etc.

Se decía que José Francisco lucha en contra del destino. Si no le hubiera gustado la política, no pasa nada y se hubiera entregado a las vastas empresas; pero como le gustó, tiene que cargar con el peso histórico de su familia, porque para bien o para mal han ejercido en la región el poder, a través de amigos y de parientes políticos. También lucha para que no confundan los enemigos de Miguel Ángel Yunes Linares y de Héctor Yunes Landa, de que son parientes. Es Yunes igual que ellos, pero no son primos, aunque se apelliden así y se estimen mucho.

Después en busca de caras nuevas entre los priístas, el gobernador Herrera Beltrán inclina su voto decisivo para que sea el candidato al Senado en la primera fórmula, lo que le trae recelos de los políticos que se consideraban con mayores méritos, aunque cuenta con el apoyo de equipos excepcionales de políticos con arraigo en el estado y la mayoría de la clase política estatal priísta, a quienes se la ha ganado con el caminar diario en su campaña, que en los últimos días se ha consolidado a 45 días de las elecciones. A Yunes Zorrilla se le considera un joven serio, preparado, noble y muy trabajador, pero ha tenido dos imponderables en el peregrinar del voto.

El primero fue la queja ante el Tribunal Electoral Federal del aspirante Jorge Uscanga Escobar, que trajo en zozobra la campaña por lo menos 10 días. Después, el candidato Yunes Zorrilla se enferma de apendicitis y los médicos se esfuerzan que en tres días lo tengan en campaña en la zona conurbada Veracruz- Boca del Río a inicios de esta semana.

¿El priísta escapará de la decisión familiar de no participar en la política en forma abierta y de vencer todos los obstáculos de sus enemigos dentro del sistema? Dicen que vencerá todo porque no tiene cola que le pisen, alabando su honradez. Ahí la llevan.


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