Observador Ciudadano Tu página de inicio

ATENTADO HISTÓRICO CONTRA
RÉBSAMEN Y ENRÍQUEZ
César Augusto Vázquez Chagoya
17 de octubre de 2006



Cierto que el titulo es largo, pero es necesario ante la poca cultura de todos los miembros del ayuntamiento de Xalapa. En dos ocasiones en la historia el gran pedagogo Enrique C. Rébsamen, la autoridad de la capital del estado ha atentado en su contra. La primera, cuando el clero se oponía a que fuera el director de la Escuela Normal, que él creó por órdenes del gobernador Juan de La Luz Enríquez, de quien en su honor lleva la capital su nombre: Xalapa de Enríquez.

La segunda, por los miembros ignorantes del ayuntamiento de Xalapa que para subirse al momento histórico de la santificación de Monseñor Rafael Guízar y Valencia, se les hizo fácil “achicar” en una sola cuadra la calle Rébsamen (allá por el hermoso parque de “Los Berros”) y quitarle casi dos kilómetros que van desde la vía del tren del Circuito Presidentes hasta la zona conocida como Las Trancas, para ponerles el nombre del humanista católico michoacano y ahora santo.

La acción del ayuntamiento de Xalapa raya en el “oportunismo puro”. Nadie niega los méritos de Guízar: hasta iglesias ajenas a la católica, reconocen el acto de su santificación en el marco de respeto que se tienen, pero en eso de atentar el ayuntamiento xalapeño en contra de la memoria de Rébsamen, también se atenta contra Juan de la Luz Enríquez, el gran precursor de la educación en el estado.

Nadie mejor que el maestro Ángel Hermida Ruiz, para escribir la mejor biografía de Enrique C. Rébsamen, y cruzados con otros documentos históricos, nos da como resultado que Rébsamen nace el 8 de febrero de 1857 en Kreuzlinger, Suiza. Su padre era fundador y director de la Normal del lugar, y el niño Enrique estudia en la escuela anexa. En 1876, obtuvo su título de profesor de primaria y al año siguiente el de profesor de secundaria. Ya para entonces, inclinado a la botánica, había escrito su primer libro sobre la flora de Suiza.En 1982, influyó en sus ambiciones personales el libro “Quetzacoalt”, escrito por el alemán Carlos Von Cagern, quien vino a México y hostilizado por sus ideas liberales, combatió en contra de la invasión francesa y en esa época era agregado en delegación de México en Madrid, España; se dice que fue quien convenció a Rébsamen de venir al país. Dice el maestro Hermida que hay otra versión de Don Abraham Castellanos, que el que lo convenció de venir a México fue Ignacio M. Altamirano en Paris, Francia. El caso es que a bordo del barco “Ville de Bordeoux”, Enrique C. Rébsamen desembarca en el puerto de Veracruz, el 18 de mayo de 1883.

Contratado por la familia Fisch de León, Guanajuato, para darle clases a sus hijos, se fue primero a esta ciudad, pero no aguantó la presión de la familia conservadora a cuyos miembros nos les gustaban las ideas liberales de Rébsamen, por lo que fue despedido y se trasladó a México para estudiar y escribir para varios diarios de Europa. En la capital del país, conoció a Enrique Loubscher, alemán, quien a principios de 1983 fue contratado por el gobernador Juan de La Luz Enríquez para crear la Academia Normal en Orizaba, donde maestros becados de los 18 cantones de la entidad iban a estudiar nuevos métodos de enseñanzas, y por decreto de la Legislatura numero 82, el 20 de noviembre de 1885, estos maestros se regresaban a sus cantones a fundar las nuevas escuelas.

Los cursos en Orizaba no terminaban. Tenían sólo 7 meses de enseñanza, pero Juan de la Luz Enríquez tenía prisa: el 85% de la población era analfabeta. Cerca de 4 mil personas entre hombre y mujeres sabían leer y escribir, mientras 502 mil personas no sabían ni escribir sus nombres.

Rébsamen vivía en la casa de Enrique Loubscher, pero los genios y figuras salieron peleados. Laubscher se fue a fundar la normal a la Ciudad de México y Rébsamen se vino a Xalapa a fundar la Normal por órdenes del gobernador Enríquez, creada mediante el decreto 37 del 24 de agosto de 1886. Los primeros trabajos se llevaron a cabo en el convento de San Ignacio, sobre la calle hoy llamada Zamora, en pleno centro histórico. El 8 de noviembre se empezó a dar clases a los primeros cuatro grados de primaria en la llamada anexa. El 22 de enero de 1987, se iniciaron las clases de la Normal.

En esta revolución educativa, Rébsamen y Carlos A. Carrillo coinciden. Este último también era un revolucionario de la educación a través de sus estudios y publicaciones en su revista “La Reforma de la Escuela Elemental”. Carrillo sólo estuvo 7 meses en la Normal de Xalapa porque se fue a México a cargo de la escuela anexa, fundada por Laubscher. Rébsamen, con su Normal Liberal, causó escozor en la sociedad y el clero católico, por lo que el ayuntamiento xalapeño le pidió al gobernador la renuncia de Rébsamen, porque sino renunciaban a sus cargos.

Juan de la Luz Enríquez no sólo defendió al maestro suizo, sino que les aceptó sus renuncias y les escribió: “No me desalientan los ataques de los hombres de espíritu apocado que se consideran dañados por la escuela normal en sus particulares intereses, ni de aquellos espíritus mezquinos que ven en la propagación de la enseñanza popular la perdida del predominio que han ejercido prevalidos del oscurantismo de las masas”.

El gobierno de la república convocó a Congresos Nacionales (1989-1890) y (1890-1891) en la ciudad de México. En los dos eventos, las reformas practicadas en Veracruz fueron las guías para aplicar en todo el país. La visión de pedagogos, funcionarios y del gobernador Enríquez pusieron en alto a Veracruz. Desde esos congresos, de toda la república y de otros países venían intelectuales a Xalapa para aprender el método creado por Rébsamen, Laubscher y las aportaciones vitales del cordobés Carlos A. Carrillo. Fue tanta la aportación cultural de la Normal, que se empezó a llamar a Xalapa la “Atenas Veracruzana”.

En 1991, Enrique C. Rébsamen es nombrado por el gobierno federal, director de las Escuelas Normales de la Secretaría de Educación Pública, pero se enfermó. Vivió un tiempo en Cuautla, Morelos. Después regresó a Xalapa para morir el 8 de abril de 1904. En su memoria se puso su nombre a la Normal que creó. En los patios del antiguo convento de San Ignacio, por suscripción pública, se le hizo una estatua. Una réplica existe en el edifico de la nueva Normal que construyó Fernando López Arias. En México, en la Secretaría de Educación Pública, hay una estatua que le rinde perpetuo homenaje.

En Xalapa se le puso a una calle su nombre. No podía ser más que en unos de los lugares más hermosos como el “Parque de los Berros”, tan bonito que el gran poeta veracruzano, Salvador Díaz Mirón, no se contuvo las ganas de vivir enfrente de este lugar.

En este 13 de octubre, otra vez el ayuntamiento de Xalapa, por su ignorancia, ataca la grandeza de Rébsamen, por una calle.

Gracias a Juan de La Luz Enríquez, en Veracruz se hizo la gran reforma educativa del país. Creó las 18 escuelas cantonales, abatió el analfabetismo, le dio tanto prestigio a Xalapa que se le denominó la “Atenas Veracruzana”. En su honor, Xalapa se llama “de Enríquez”.

Si el ayuntamiento de Xalapa pretende mandar a la basura de la historia a Rébsamen por subirse a la santificación de Guízar y Valencia, no lo van a lograr.

El mismo Rafael Guízar y Valencia, quien fue compañero de panteón de Rébsamen y de Enríquez, si viviera no lo permitiría. Hay dos calles que dicen lo mismo: la Revolución, que empieza donde está enterrado Guízar en la catedral, y la avenida 20 de Noviembre. Póngale a la calle Revolución el nombre de Guízar y Valencia, y dejen en paz a Rébsamen y la memoria del gran estadista Juan de la Luz Enríquez.


Suscríbete a nuestro Sistema Informativo,

Envia un mail con la palabra SUSCRIPCION,

(Suscribete aquí)