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DOBLE JUEGO

César Augusto Vázquez Chagoya
19 de octubre de 2006


En las elecciones locales del próximo año, el panorama político de la entidad va a cambiar. La meta del presidente del Comité Estatal del PRI, Ricardo Landa Cano, es ganar como sea los 30 distritos electorales locales, y jugar en doble vía en los principales 60 municipios del estado, siempre y cuando juren lealtad al proyecto “Fidelista”.

Ricardo, de quien se esperaba más, se quedó en ser sólo un ventrílocuo de lo que ordena el subsecretario de Protección Civil, Ranulfo Márquez Hernández.

Carente de ideas políticas, dentro de las primeras acciones de Ricardo fue realizar la “caravana de la unidad”, como si fuera el PRI un carnaval y resaltando que estaba dividido. Después, cuando se dio la reforma electoral, se andaba quejando públicamente de que el PRD y el PAN a los del PRI les habían ganado “el brinco” al no tomarlos en cuenta, por lo que tuvo que entrar el gobernador Fidel Herrera Beltran a salvarlos en una jugada magistral, donde sentó de nuevo en la mesa de negociación a los opositores y sacó una reforma electoral consensuada.

En ese episodio, Landa Cano llegó al grado de ir al Consejo Nacional Permanente del PRI, donde asiste la crema y nata del priísmo de todo el país, y les contó la embestida en contra del tricolor por los mañosos del PAN y PRD, obteniendo el respaldo para los diputados locales veracruzanos. No obstante, ante los argumentos del dirigente jarocho, no pocas risas causó, porque no se explicaban cómo los arrollaba la oposición en Veracruz, donde gobierna el maestro de la política. Sólo fue a poner en mal a su gobernador.

Ahora Landa Cano recorre el estado para reunirse con los precandidatos a las presidencias municipales. No sabemos en qué se basan para invitar a unos precandidatos priístas y a otros no. El líder priísta les pide que esperen los tiempos de la convocatoria y por otro lado, le están dando apoyo a los ya escogidos.

Las reuniones son puros cuentos de pescadores de ilusiones, pero pésimos, porque nadie se lo cree.

Como actor, Ricardo está reprobado, y van dejando en cada lugar las fichas descubiertas, y los políticos jarochos municipales hasta ahora priístas, ya se preparan a un año de las elecciones para irse a la oposición.

En todo este juego, Landa y sus asesores estrellas saben que las presidencias municipales está difícil ganarlas con el PRI , por lo que aplicarán la doble vía y patrocinarán en cada municipio por lo menos a dos candidatos de preferencia por Convergencia o por el Partido Revolucionario Veracruzano; pero están equivocados y la prueba es cómo ganó el priísta Andrés Granier la gubernatura en Tabasco: porque salió de un proceso interno del tricolor donde le gana hasta a los madracistas incrustados por 12 años en el gobierno de ese estado, triunfando en las constitucionales por 10% de ventaja. No hubo dobles vías.

En Veracruz no quieren hacer procesos internos por la cerrazón política del grupo en el poder: quieren a toda costa que los candidatos sean “puros” al proyecto Fidelista, y eso es imposible en un partido tan grande como el PRI; pero lo “achican” y se están yendo al viejo estilo del dedazo, para asegurarse de que los elegidos sean obedientes a los intereses Fidelistas o a los que actúan a nombre del gobernador.

Al grupo gobernante en Veracruz actualmente le está pasando lo mismo que sucedió en los gobiernos de Patricio Chirinos y Miguel Alemán: todos los que estén afuera del palacio de gobierno son los enemigos y se encerraron entre cuates. Sólo analicen quiénes son actualmente los integrantes del Consejo Político Estatal del PRI y se darán cuenta que están los puros amigos. No crea que los cuates son todos los del gabinete, no, porque muchos no son del grupo gobernante: entiéndase Ranulfo Márquez Hernandez, Antonio Benitez Lucho, Rafael Cruz (El Negro), Silvio Lagos Martínez y su hijo el dirigente de la CNOP, Erick Lagos, Gustavo Souza Escamilla, etc.

La cerrazón del grupo en el poder llega a tal grado que desdeñan la ayuda de operadores políticos, grupos, medios de comunicación, etc., porque a todos les ponen etiquetas, como si la política no fuera de sumar sino de restar: esto último, es el deporte favorito de este grupo. Pero cuando las cosas les salen mal, le echan la culpa a cualquiera, menos a uno de los integrantes del primer círculo de poder.

¿Por qué pasa esto? Sólo porque uno de este grupo quiere ser el sucesor de Herrera Beltrán, y en este caso es Ranulfo Márquez; como lo fue en el chirinismo, Miguel Ángel Yunes; y en el alemanismo, Alejandro Montano Guzmán. La lucha es legítima, y al único que le funciono fue a Dante Delgado, pero eran otras circunstancias.

En 1997, cuando por segunda vez fue dirigente del PRI Estatal Miguel Ángel Yunes, con una jugada magistral de apostar todo por la gubernatura, inventó en los municipios donde estaban cerradas las preferencias electorales la tercera vía, para quitarle votos a la oposición, pero le resultó al revés. Aprendida la lección, Yunes en el 2004 jugó por una sola vía y logró apoyando al PAN llegar a más de 80 ayuntamientos: el doble que tenía el blanquiazul desde el 2000, sin contar los ediles que lograron colocar donde perdieron.

En el alemanismo, Alejandro Montano competía en el gabinete con Roberto López Delfín, quien manejaba la política electoral. Es decir, Montano podía apoyar y hacer candidatos, pero en la operación electoral entraba Roberto gastándose cantidades cuantiosas para lo mismo, logrando éxitos en las elecciones para diputados locales y federales.

Ahora, los miembros del primer círculo del poder caminan hacia las dos vías. Con experiencia electoral como en ningún sexenio, les ha ido mal, tanto en la local en el 2004 y en la federal, ganando el tricolor sólo 6 distritos de 21. Las segundas o las terceras vías no funcionan, por la razón de que la ciudadanía no cambia fácilmente de partido, y cuando lo hacen y pierden, tampoco anda cambiándose. Se mantienen leales a su decisión, hasta que se cansa y pueden cambiar en votar diferenciado. Los votos duros están acabándose y no se conoce ningún método que controle el voto diferenciado.

A los integrantes del primer círculo del poder, les interesan más las diputaciones locales para que el gobernador pueda tener mayoría en la Legislatura, aunque para ello tengan que entregar a la oposición los ayuntamientos a un partido amigo. Desde ahora, se ve un juego peligroso: si pierde el Congreso el tricolor en el 2007, que se olviden entregar a un priísta la gubernatura.

Por último, el PRI estatal convoca a una asamblea estatal en noviembre para reflexionar. ¿Qué van a reflexionar? ¿Pondrán las bases para los procesos internos democráticos para elegir candidatos? Como nunca el PRI está desorientado y en riego de una severa ruptura, por andar jugando en querer influir en el voto diferenciado de sus militantes. Ya los vemos diciendo: “Vota por Convergencia para la alcaldía y por el PRI para la diputación local”. Ya lo hicieron el 2 de julio y mírelos dónde están.


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