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LAS CHOAPAS Y OAXACA
César Augusto Vázquez Chagoya
29 de octubre de 2006


Los casos de Las Choapas y Oaxaca tienen diferentes orígenes, pero los dos nos llevan a la impunidad y a que, politizados, no se resuelvan hasta que se oigan voces del extranjero. Así que pase lo que pase, las autoridades solo actúan mediante el mandato de gobiernos extranjeros u organismos internacionales.

No bastan los señalamientos en contra de Renato Tronco Gómez, alcalde de Las Choapas, de estar metido en el contrabando de centroamericanos, sino que a través de organizaciones internacionales del crimen organizado se prostituyen a mujeres y niños. No ha bastado con que sea acusado de mandar a matar al regidor del ayuntamiento de ese lugar, Alfredo Pérez Juárez, donde están inmiscuidos el ex secretario del Ayuntamiento, el ex inspector de Policía, un trabajador de limpia pública y el gatillero profesional Norberto del Valle Hernández.

Renato Tronco, ahora que agarraron a Norberto, vuelve a declararse perseguido político y dice que ni conoce a Norberto, además de que no ha trabajado en su ayuntamiento. Claro que en apariencia no se les liga, pero el asesino profesional se encontraba escondido en la parcela que es propiedad de Hormido Cruz Bustamante, ex inspector de Policía de Las Choapas, allá en el municipio de Ignacio de la Llave, quien sin titubeos señaló que lo contrató su amigo Hormido para matar al regidor panista por órdenes del presidente municipal, el también panista Renato Tronco.

En el caso de Las Choapas, como se politizó el caso, los del PAN no quieren que castiguen a su alcalde. Sorprende el cinismo de los partidos políticos en proteger a delincuentes: nadie en el blanquiazul ha tenido tan siquiera el cuidado de investigar los antecedentes de Renato Tronco, porque el que lo hiciera, no tendría boca para defenderlo.Este caso es el resultado del “Pacto de Gobernabilidad” en Veracruz, donde aparte de repartirse puestos entre el PRI y el PAN, también protegen a sus delincuentes políticos.

En el caso de Oaxaca, este domingo por fin el gobierno federal, en uso de sus atribuciones legales y del pacto federal, envió a las fuerzas policíacas federales a rescatar a la capital de esa entidad. Casi 6 meses de conflictos de ingobernabilidad, propiciado por el prepotente gobernador Ulises Ruiz, al que el PRI no quiere que se le desafore. Un mandatario estatal que en diversas ocasiones mandó a disparar en contra de los inconformes, no puede gobernar, pero aun así no bastaron 14 muertos, entre indígenas, profesores, ciudadanos comunes, para meter orden en Oaxaca.

Pero que tal: matan de un tiro al periodista norteamericano Bradley Roland Will, y entonces el presidente Fox convoca a una reunión urgente a su gabinete de seguridad en Los Pinos, donde deciden mandar a las tropas federales para que haya gobernabilidad en Oaxaca, antes de que se enoje el “Tío Sam” del norte, y viera usted que ya hasta órdenes de aprehensión hay en contra de los asesinos del camarógrafo del New York Multimedia, simpatizantes de los inconformes. Los culpables son policías municipales.

Este domingo, a las 7.30 de la mañana, la Policía Federal Preventiva avanzó para recuperar la capital del estado de Oaxaca. El problema no es quitar las barricadas en todo el domingo, sino la noche y madrugada del lunes 30 de octubre. En la oscuridad, se pueden dar tiroteos entre federales e inconformes. El conflicto, iniciado por la homologación de los salarios de los maestros, se les salió de las manos a los líderes del magisterio al permitir la intromisión al conflicto de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), donde militan los más extremistas en un estado sumido en la pobreza.En el éxito del operativo en Oaxaca, donde hasta las 20 horas de este domingo no había víctimas (y será una noche muy pesada para los oaxaqueños) tiene que ver mucho el veracruzano Miguel Ángel Yunes Linares, quien en meses anteriores, encabezando a un grupo de expertos policías mexicanos, recorrió varios países sudamericanos para conocer sus tácticas en motines y barricadas, sobre todo de equipo que sirviera para evitar víctimas fatales.

¿Qué pasará con el gobernador Ulises Ruiz? Se desconoce, porque la posición del PRI de sostenerlo sella un pacto de corrupción y sangre. El tricolor al sostenerlo, cargan en su expresión todo lo malo que aprendieron en los casi 70 años en el poder. El PAN en el gobierno federal y en la Cámara de Senadores, sólo por hacer segunda al PRI, es corresponsable de los delitos del gobernante oaxaqueño. Igual sucede en Las Choapas, donde el PAN apoya a su alcalde y el tricolor le hace segunda, siendo cómplice en Veracruz de lo que hace el edil de Las Choapas.

Ulises Ruiz no sólo debe ser sacado del cargo de gobernador, sino procesado por la violación a los derechos humanos del pueblo de Oaxaca. Igual suerte debe tener el presidente Fox, quien debe ser sometido a juicio político por no cumplir con el mandato que le da la constitución, que se obligó a respetar para salvaguardar los intereses del pueblo de México. 14 muertos y los daños incuantificables en la educación y la economía oaxaqueña, tienen responsables con nombres y apellidos.

El PAN y el PRI se acomodan las leyes a sus intereses, por eso, esos pactos son prejuiciosos para el pueblo de México. La alternancia en el poder, se convirtió en “alianzas de complicidades”. Aquí se mencionaron dos ejemplos.

En toda la oscuridad de Oaxaca, por fin regresan los maestros a dar clases. La homologación de los salarios es un hecho: eso tenía que haber hecho el gobierno federal antes de tanto daño.

Perversos los intereses en Oaxaca. Todavía el tema dará que hablar.


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