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¿DERECHOS HUMANOS PARA PERIODISTAS JAROCHOS?



César Augusto Vázquez Chagoya
28 DE ENERO DE 2007


Después del que el año del 2006 fue de “cacería” para los agresores de periodistas y más en el último mes del gobierno federal en que mataron a dos “tundeteclas” veracruzanos en sólo 9 días del mes de noviembre (Roberto Marcos García, del puerto de Veracruz, y Adolfo Sánchez Guzmán, en Orizaba), nos vienen los vientos frescos del altiplano con la presencia este miércoles 31 de enero, a las 11 horas en el Colegio de Periodistas, del director general del Programa de Agravios a Periodistas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Lic. Luís Raúl González Pérez.

En el evento patrocinado por la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos que preside José Antonio Calcáneo Collado, también estará presentes el Subsecretario de Derechos Humanos y Protección a Víctimas del Delito, Juan de Dios Castro, de la Procuraduría General de la República; así como la Fiscal Especial Sobre Periodistas Agraviados de la misma dependencia Ethel Riquelme Fernández.

Para completar el cuadro vendrá el periodista Teodoro Rentería Arroyave, de Radio Fórmula, y vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, así como Raúl Durán Cadena, presidente del Club Primera Plana. De Chiapas nos visita Miguel González Alonso, y del Foro de Periodistas de Chihuahua, Roberto Piñón. La organizadora del evento es la periodista de Orizaba Laura Castro Medina, secretaria general de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos en la zona sur.

Sin duda asistirán más funcionarios y más encargados de la Procuración de Justicia. La importancia del evento en el Colegio de Periodistas que preside José Pablo Robles Martínez, es que se podrán expresar inquietudes por parte de periodistas veracruzanos sobre las agresiones que sufren por parte de funcionarios estatales, municipales, policíacos, grupos de poder regional y del crimen organizado.

El taller sobre “Derechos y Protección a los Periodistas” a cargo del Lic. Luís Raúl González Pérez, despejará muchas dudas. Que la república sea el segundo lugar de muertos después de Irak (que está en guerra) se debe a muchos factores, entre ellos el crecimiento del crimen organizado y la impunidad con que se mueven los agresores de periodistas. El gobierno ya no sólo debe reconocer el problema, sino resolverlo.

Hemos vistos a los “santones” del periodismo que viven en las zonas urbanas del centro del país muchas veces manifestar que “ya sabían que la profesión era un riesgo y lo asumen”, sólo que estos periodistas solamente levantan el teléfono y hablan hasta con el Presidente de la República, pero los “tundeteclas” de provincia cuando quieren hablar con el primer mandatario del país son hasta golpeados por el Estado Mayor Presidencial, así que hay diferentes tipos de periodistas y diferentes condiciones para ejercer la profesión.

Ya queremos verlos enfrentar a un cacique como el alcalde Renato Tronco, de Las Choapas; los Picazo, de Coyutla; o al presidente municipal de Tantoyuca, Joaquín Guzmán Avilés. Al poder regional que ejerce el ex diputado Guillermo Zorrilla Fernández, en el Totonacapan; Ramón Hernández Toledo, en Nanchital; o Arturo Hervís Reyes, en Ángel R. Cabada y Santiago Tuxtla.

El periodista de provincia anda caminando en busca de la noticia en las peores condiciones y sí se atreve a denunciar una anomalía le cuesta la amenaza, golpiza, desaparición o la muerte.

Hay sólo en el fidelismo tres periodistas muertos: sin duda son producto de acciones del crimen organizado y éstos son los de Raúl Gibb Guerrero, en Poza Rica; Roberto Marcos García, en el Puerto de Veracruz; y Adolfo Sánchez Guzmán, en Orizaba. La muerte del profesor Héctor Barragán no ha dejado satisfecho que primero se le tratara como pederasta, detuvieran a un joven que nadie vio y no lo dejan entrevistar. No gusta que la autoridad de Veracruz al ver el cadáver de un periodista, asegure antes de que se enfríe el cuerpo que lo mataron por causas ajenas a su profesión.

No ha gustado para nada que la Procuraduría General de la República no haya detenido a ningún responsable del crimen de Raúl Gibb a pesar de que hay nombres y apellidos. No gusta que en el gobierno alemanista haya desaparecido el periodista de Martínez de la Torre, Jesús Sandalio Mejía, en el 2003 y en vez de investigar a los narcotraficantes ligados al gobierno, lo hubieran tachado de robacarros y por eso anda huyendo dejando a un niño pequeño y a su esposa abandonados. Sandalio no aparece y rumores dicen que fue tirado al mar.

Nunca ha convencido la muerte accidental por quemaduras de José Miranda Virgen, en el puerto de Veracruz, exactamente después de señalar que jefes policíacos del alemanismo estaban involucrados en el narcotráfico y el tiempo le diera la razón a detener la PGR a varios policías por estar involucrados con el narcotraficante Albino Quintero Meraz, vecino del gobernador Miguel Alemán en su mansión en Costa de Oro en Boca del Río, a quien nadie del cuerpo de seguridad del mandatario seguramente veía.

No gusta de que en el crimen de Roberto Marcos García tengan dos arraigados por autoría intelectual y se involucre a la policía ministerial en Veracruz de estarlos protegiendo; estos individuos están ligados al robo de carros con mercancía, pero lo más grave es que no están detenidos.

Ningún autor material se ha detenido del crimen de Adolfo Sánchez Guzmán, de Orizaba. Agarraron a dos como autores intelectuales y ningún material, y no sabemos cómo les pueden comprobar a los detenidos el asesinato del periodista. En estos dos casos, los arraigados y detenidos saldrán sin duda en libertad. Si era cosa de acallar el escándalo internacional, mejor lo hubieran dejado así y que no encarcelaran a inocentes.

Por otra parte hay que reconocer que en este gobierno se han creado organismos para proteger a los periodistas y se reconoce la voluntad política. Hay colonias de periodistas en varias ciudades, acción que viene desde el gobierno de Patricio Chirinos y ahora se incrementa. En el alemanismo se creó el Colegio de Periodistas el cual ya tiene edificio propio. Se imparten cursos en todo el estado teniendo como profesores a lo mejor del periodismo internacional y nacional. Se tiene una guardería en Xalapa para madres que trabajen en los medios de comunicación.

En este sexenio del fidelismo, se creó por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado la Fiscalía Especial de delitos en agravio de periodistas. Un ombudsman de los periodistas que radica en el puerto de Veracruz que da origen al Consejo Estatal de los Periodistas.

No todo es negro: hay cosas positivas en Veracruz como en ningún lugar del mundo a favor de los “tundeteclas”, pero no se paran las muertes violentas de periodistas y agresiones en todo el estado de Veracruz por los grupos de poder.

Bienvenidos los funcionarios de los Derechos Humanos y de la Procuraduría General de la República y ojalá todo sea por el bien de todos.



















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