Observador Ciudadano Tu página de inicio

EL CAMPO JAROCHO



César Augusto Vázquez Chagoya


Don Venustiano Carranza, Cándido Aguilar, Adalberto Tejeda, Úrsulo Galván, Lázaro Cárdenas y otros, deben estar saltando desde sus tumbas ante el colapso que tendrá el campo de México y en especial el de Veracruz, con la entrada el próximo año del Tratado de Libre Comercio con Canadá y los Estados Unidos de América al campo. Para poder competir, se dio un plazo a los mexicanos de 14 años para que se organizaran y penosamente nunca se hizo.

La versión de los gobiernos de Salinas, Zedillo y Fox, es que no serían gobiernos paternalistas y no otorgaron subsidios a la producción agropecuaria, contrario a lo que fuertemente hacen nuestros vecinos del norte, quienes de por si ya avanzados en tecnología, están por darnos la última estocada a nuestra economía alimentaria.

A menos de un año casi todos nuestros productos están caídos; bueno, hasta en vainilla nos ganan los países asiáticos. La carne en franca caída. Los cítricos, piña, hule, el azúcar, etc., amenazados sino se actúa rápido. El gobernador Fidel Herrera Beltrán anuncia empresarios agropecuarios para sortear la crisis que nos llegó hace años.

La dichosa soberanía nacional está perdida, ya que pueblo que no produzca lo consume será colonizado por el estómago. Ahora se quiere echar la culpa al gobierno de Vicente Fox de no atender el campo en su sexenio y se critica que no haya venido el presidente Felipe Calderón al acto agrario del 6 de enero para conmemorar la promulgación de la ley agraria por Venustiano Carranza desde el puerto de Veracruz en 1915, pero el mal viene desde 1938 cuando a los campesinos se les organiza para la política y el acarreo en los actos del PRI. Igualmente la actitud de los presidentes panistas que anuncian el desastre: huyó Fox ante la pobreza del campo, y parece que Calderón va por igual camino.

Desde 1938 viene la organización para que el campo no produzca y el dinero destinado para la producción se queda en manos mañosas como las de Cirilo Vázquez Lagunes y ahora hasta se revela que hay créditos para narcotraficantes. No pocos funcionarios bancarios y líderes agrarios se vuelven millonarios. La política de dispendio, corrupción y acarreo político no sólo están hundiendo al PRI, sino a millones de campesinos.

Lo crucial no fue haber organizado la Liga de Comunidades Agrarias el 23 de marzo de 1923 por el gobernador comunista de Veracruz, Adalberto Tejeda Olivares, junto con Úrsulo Galván, José Cárdel, Sóstenes Blanco, Carolino Anaya, Antonio Carlón e Isauro Acosta, así como otros líderes del estado; sino vino después con los enfrentamientos con los terratenientes por el reparto agrario que nos dejó miles de muertos en la campiña veracruzana.

El rumbo del movimiento agrario nacional se decide en 1931, cuando los veracruzanos unidos con campesinos de otros estados en un congreso celebrado en Puebla, postulan para la dirigencia de la Liga Nacional Campesina a Antonio Echegaray; y Lázaro Cárdenas, presidente del Partido Nacional Revolucionario, apoya a Enrique Flores Magón y a Graciano Sánchez, quienes ganan. Adalberto Tejeda sale de la gubernatura por segunda vez en 1932 y lucha para la Presidencia de la República perdiendo ante Lázaro Cárdenas.

De ahí viene la peor represión contra los campesinos de Veracruz al ordenar el presidente Cárdenas que se les desarmara: los terratenientes empezaron a matar a los líderes y es cuando se da la condena del diputado Cándido Aguilar contra el gobernador Gonzalo Vázquez Vela de proteger a los asesinos. Las masacres culminaron con el artero asesinato del candidato a la gubernatura Manlio Fabio Altamirano (amigo de los campesinos y de los políticos Fernando López Arias, Rafael Murillo Vidal, Manuel Zorrilla Rivera, entre otros) por los terratenientes agrupados en la “Mano Negra” dirigida por Manuel Parra Mata, propietario de la hacienda de Almolonga de Naolinco, a quienes nunca se les castigó.

Asumió la gubernatura del estado Miguel Alemán, quien pacificó el estado y siguió la política del presidente Cárdenas. En 1938 la Liga Nacional Campesina se convierte en la Confederación Nacional Campesina, sector del partido de la revolución. Ciertamente que el reparto agrario fue exitoso, pero nunca se preparó a los campesinos para producir: prácticamente se les domesticó. La visión del veracruzano Adalberto Tejeda de un campo productivo para ser palanca de nuestra independencia, se quedó enterrada al igual que los líderes que juntos con él empezaron el sueño.

Hablando de tumbas, merecido que los restos general Cándido Aguilar descansen en la pirámide en honor de los líderes campesinos en lo alto del cerro del Macuiltepelt (volcán que se puede visitar y bajar a su cráter) en cuyas laderas está la capital de Veracruz. Cándido Aguilar, siendo gobernador interino, promulgó la ley agraria en 1915. Su suegro era Venustiano Carranza y su defensa de los campesinos masacrados por los terratenientes propició la caída del gobernador Gonzalo Vázquez Vela.

Vale mucho el reconocimiento del Gobierno de Veracruz al General Cándido Aguilar, pero más justicia se le haría, así con los líderes campesinos con quienes está enterrado, que los empresarios agropecuarios tengan éxito y no se quede el dinero en las mansiones de Román Brito Gómez.











Suscríbete a nuestro Sistema Informativo,

Envia un mail con la palabra SUSCRIPCION,

(Suscribete aquí)