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EL PACTO DE LOS HOMBRES PUROS

César Augusto Vázquez Chagoya
Sabíamos que en Veracruz teníamos palmeras borrachas de sol, regiones donde abunda el petróleo, 22 ingenios que dan inmensa riqueza a millones de veracruzanos, todos los climas, un gran litoral, gente alegre y trabajadora. Lo que no se sabía es que teníamos funcionarios públicos de todos los niveles que son puros, con manos limpias: son aves que cruzan el pantano y no se ensucian las patas.

Es grato saber que, pese a los críticos de siempre, en este estado a pesar de encarcelar a presuntos funcionarios por desvíos de fondos públicos, ninguno en toda nuestra historia ha regresado un quinto de lo robado.

Como todos los pueblos nos hemos superado tanto en cultura ciudadana y a pesar de no poder resolver el problema de pobreza de la mitad de los 8 millones de habitantes que somos, hemos sido capaces de que todos nuestros funcionarios sean tan honestos, tan honestos, que de plano ya no necesitamos el Órgano Fiscalizador de la Legislatura de Veracruz (ORFIS), ni la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos por Servidores Públicos de la Procuraduría General de Justicia, dependiente del poder ejecutivo del estado.

En verdad es alentador que el fiscal anticorrupción del estado, el licenciado orgullo de la facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, nos anuncie de que de mil expedientes en contra de alcaldes y funcionarios del gobierno de Veracruz, no se les ha encontrado ningún delito, además que le “echa la pelota” al ORFIS por no integrar bien las averiguaciones.

Se desconocía que el ORFIS tuviera esa función, y que la fiscalía anticorrupción fuera la revisora del trabajo del ORFIS, cuando la fiscalía tiene la obligación legal de integrar las averiguaciones previas; y si no tiene datos, debe buscarlos e investigarlos. Vaya talegas.

En este primer mundo, el ex gobernador Miguel Alemán Velasco, electo por el pueblo y único responsable de su administración, tenía razón cuando decía que respondieran sus colaboradores por los recursos que manejaron, en una forma elegante de eludir cualquier responsabilidad. Ya nos anuncian que al hijo del ex presidente de la república del mismo nombre, llamado el “cachorro de la revolución”, no puede ser sometido a juicio político en la cámara de diputados porque ya no está en el cargo, y tampoco inhabilitarlo para ocupar un cargo público porque el pobre hombre ya tiene cerca de 80 años, y como somos del primer mundo, para qué molestarlo.

En Veracruz, sólo los niños y los ancianos son privilegiados.

Dicen que Veracruz es un pueblo mágico porque lo que se ve no se juzga, y lo que se dice, todos lo olvidamos. Ya no recordamos cuando el 5 de mayo del 2003 el gobernador Alemán reconocía que su hijo era socio del equipo de fútbol los “Tiburones Rojos”, y que lo hacía sólo para ayudar.

Después, el que manejaba el equipo (y socio de los Alemán) Rafael Herrerías, vendía el club a nuestro nuevo gobernador en una “ganga” de varios millones de dólares, y nos invitó don Fidel a todos los veracruzanos a entrarle comprando acciones porque la oportunidad se nos iba de las manos. Urgía.

El entusiasmo se desinfló cuando se comprueba que ni el hijo de Alemán, ni Rafael Herrerías, eran socios y todo era propiedad de gobierno de Veracruz. Aun así, el “fantoche” saqueador Herrerías decía que hacía lo que quería con el equipo y vendió jugadores valiosos al Club América, embolsándose sólo cerca de mil millones de pesos que les dio Secretaría de Finanzas y el secretario de Gobierno Flavino Ríos Alvarado, quien por cierto está en las Islas Caimán: es que su piel necesita sol; nunca nadie lo podrá ver en un banco de lavado de dinero para su próxima campaña para alcalde de Minatitlán, donde va a dar clases de honestidad.

En este estado tan rico nos damos el lujo de tener ex funcionarios y funcionarios vigentes con enormes residencias y fortunas exprés. Mauro Loyo Varela metió a la Secretaría de Salud a toda su familia y su asesor Horacio Díaz Cházaro vendía a la dependencia toda la medicina que se necesitara. No se acabaron hospitales, pero hasta el hijo secuestrado tenía a cargo las lavanderías y la tarea de conseguir terrenos para hospitales y clínicas.

Porfirio Serrano Amador todavía no explica cómo pudieron rellenar la torta de azufre de Jáltipan con 700 millones de pesos y se sigue incendiando. Ricardo García Guzmán, el ex contralor, quien entró al cargo en un “vocho” y ahora es dueño de una cuantiosa fortuna, y no justifica su sueldo, etc.

Pero no crea que sólo eso pasa en el alemanismo, porque en estos dos años del fidelismo hay mansiones que hacen palidecer a los alemanistas y eso es decir mucho. Donde usted meta el alfiler sale pus de la corrupción, pero nadie es culpable.

Los alcaldes del pasado ya pueden estar tranquilos. Ya robaron y ahora entran a la modernidad. Los funcionarios y alcaldes del futuro ya no se preocupan por agarrar el dinero que quieren: el Pacto entre el PRI y el PAN ya les aseguró la impunidad.

Los más felices en este mundo mágico y de primer mundo son Tomas Mundo Arriasa, ex director de Tránsito, a quien le alcanzó la “puntada” de dar más de 8 mil órdenes de emplacamiento sin tener atribución legal para hacerlo; y la actual directora de Tránsito Martha Montoya, quien dice que no hubo anomalías. Lejos quedaron los niños que recibieron placas, los millones de pesos que se recibieron bajo el agua, etc.

Mire que somos tan ordenados en Veracruz (donde no hay funcionarios corruptos) que ya nos dimos cuenta que ahora Tránsito del Estado está haciendo los expedientes que se les olvidó a Tomas Mundo elaborar para entregar las concesiones en el alemanismo. Colas y colas hacen los que ya tienen camiones y taxis en servicio para sacar sus carta de no antecedentes penales.

Así es: se entregaron las concesiones sin ese requisito. Es más: no hubo ningún expediente porque somos tan honrados que Mundo Arriasa creyó en las palabras de concesionarios del transporte, dueños de nuestras vidas, calles y carreteras.


En Veracruz somos tan futuristas, que el “pacto” entre el PRI y el PAN ya de plano determinó que no haya alternancia política. Son ellos los que gobiernan o ellos.

Ya no existirá el ORFIS. El que se repartieron los dos partidos para que nadie revise a nadie en sus cuentas, porque todos somos honrados y vivimos felices. También se repartieron el Instituto Electoral Veracruzano para que si pierden algún municipio el PAN o el PRI, se repitan las elecciones. Sólo una mente brillante podría pensar esto.

Para terminar, ¿dónde está la voz valiente del diputado local Miguel Ángel Yunes Márquez en todo esto? ¿Qué pasa? ¿O ya también son parte del pacto? Vivan Veracruz, respírenlo, siéntalo: somos tierra de hombres puros.











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