El presidente de la república Felipe Calderón Hinojosa agarró el toro por los cuernos y propone la reelección de los senadores, diputados y alcaldes a partir del 2012. Es la propuesta más importante a nivel político desde que se hizo la constitución de 1917 en Querétaro, donde se adopta la frase "Sufragio Efectivo, No Reelección", misma que había utilizado Porfirio Díaz en contra de Sebastián Lerdo de Tejada.
Claro que esta frase venía con los dolores que habían causado las reelecciones del siglo XIX con Antonio López de Santa Anna y Porfirio Díaz, con más de 30 años en el poder, que dio origen a la Revolución Mexicana. El país vivió muchos años con ese impedimento mental y político, hasta que en 1995, se hace la gran reforma política que dio origen al Instituto Federal Electoral, donde se les dio a todos los partidos la igualdad que reclamaban para competir contra el PRI, con casi setenta años en el poder.
El PRI había nacido gracias al "maximato" del presidente Plutarco Elías Calles en 1929, quien fallece a los pocos años cuando Lázaro Cárdenas lo saca del país y nace la política corporativa con las grandes centrales obreras y campesinas. Con el presidente Miguel Alemán, primer civil en el poder después de la revolución, se consolida una clase media y el nacimiento del sector popular.
Así que el "Sufragio Efectivo, No Reelección" sirvió para que cada presidente de la república que saliera del poder, se fuera a su casa y se mantuviera callado. La estructura del poder, ya no se basaba en un sólo hombre sino en el corporativismo que dirigía el presidente en turno.
El sistema priísta entró en crisis en 1968, ante el reclamo de las nuevas generaciones por la apertura política. Como siempre sucede ante la cerrazón, empezaron los grupos guerrilleros y vino la gran reforma electoral con Jesús Reyes Heroles en 1977, donde nacen los diputados plurinominales, donde se les da voz a las minorías. Los errores en el manejo de la política económica desde 1970 y excesos de los presidentes, creó una gran masa opositora, que empieza a reventar con la división en el PRI en 1988 con la salida del tricolor de Cuauhtémoc Cárdenas para formar lo que hoy es el PRD.
Con el empuje opositor interno y las exigencias de países para democratizar las elecciones en México, se hace la reforma electoral de 1995, que le da cierta igualdad a todos los partidos en los medios de comunicación. En 1997, el PRI pierde por primera vez la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y pierden la capital de la república en manos del PRD con Cuauhtémoc Cárdenas al frente. El tricolor pierde la Presidencia de la República en el 2000 ante el PAN con Vicente Fox.
En estos 9 años donde el poder presidencial es manejado por la oposición, es cierto que se fortalecen los partidos políticos, pero nuestra democracia entra en crisis rápidamente, ya que el PAN --el partido en el poder-- lejos de desmantelar el viejo sistema político del PRI, se subió a él.
Los partidos políticos ya están manejados por camarillas o familias. El dinero de los impuestos para avanzar en la democracia sólo ha servido para hacer ricos a sus dirigentes. Los partidos se cerraron en monopolizar las candidaturas, sin permitir las candidaturas independientes.
Al tener el monopolio de las candidaturas, los partidos se olvidaron de ser los interlocutores de la población, para sólo obedecer a sus intereses y eso se refleja en los integrantes de las cámaras de legisladores federales y estatales. Hay un divorcio entre los intereses de la población y los partidos.
El hecho que el presidente de la república, Felipe Calderón, proponga la reelección de los senadores, diputados y alcaldes, habla de que los funcionarios de elección popular, se verán obligados a la rendición escrupulosa de los recursos públicos, pero sobre todo, estar pendiente de los que los eligen y no estar al servicio de los intereses de sus partidos políticos.
La reelección va a democratizar más a la sociedad, porque irá acompañada de las candidaturas independientes y los partidos; ya dejarán de vivir de los impuestos y cubran sus gastos con las cuotas de sus miembros.
La propuesta presidencial es un paso para acabar el centralismo de la federación que ahoga a los estados y municipios. Bienvenida la nueva república.
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