Desde el gran Moctezuma en la inmensa Tenochtitlán, donde se gobernaba el centro del país hasta las costas del golfo de México. Vino la colonia por 300 años y los españoles nos gobernaron desde México. En la independencia desde 1821 siguió lo mismo hasta la revolución.
El PRI gobernó 70 años y siguió la misma burra. En el 2000 llegó el PAN al poder pero nadie, ni en lo individual ni grupalmente, ha pretendido quitar el centralismo ahogante mal llamado "federalismo".
Una visión de más de 22 millones de ciudadanos mexicanos viviendo en el Valle de México y la visión de 84 millones diseminados en todo el país. Los medios de comunicación del Distrito Federal consideran a Fernando Gómez Mont como un panista excepcional, congruente con que haya renunciado al PAN porque es el secretario de Gobernación quien se oponía a las alianzas con el PRD. Bueno, para ellos es demócrata, congruente, maestro, amigo del presidente Calderón, hijo de un gran blanquiazul que ganara dos veces un distrito electoral en los tiempos de Gustavo Díaz Ordaz, etc.
Pues fíjese que aquí en Veracruz sólo lo vemos como un funcionario de alto nivel que trabaja con recursos públicos a favor de su partido.
Aquí, ante la queja de que con recursos públicos el funcionario federal y director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes Linares, anda haciendo campaña, por simple respeto al federalismo no debería atacar al gobierno de Veracruz, porque se toma como un ataque de su jefe el presidente Calderón a Veracruz.
Aquí en este asunto no valen Calderón, ni Yunes y tampoco Fidel Herrera Beltrán. Aquí es la federación representada por Calderón y constituido por estados soberanos. El respeto entre los poderes no debe ser quebrado como está sucediendo. Gómez Mont, ante esta problemática, en una visita a Veracruz, propuso "un debate entre Yunes y el gobernador". Que pobreza de este penalista reconocido.
Para el encargado de la política en el país no hay distinción entre un militante del PAN y un funcionario de alto nivel de la federación que no hace las cosas sin el consentimiento del presidente Felipe Calderón, lo que representa una agresión al pacto federal en agravio de un estado. Nunca contestaron, lo tomaron a "chunga" y siguen los ataques.
Lo grave de esto es que sucede en otros estados. El presidente Calderón pide unión, pero un día abraza a los estados y al otro día los hostiga con recortes en el presupuesto. Es tan garrafal el gobierno federal en gobernar, que no se puede concebir que con tanto dinero que se invierte en el presidente de la república este tan mal informado cuando les dijo "pandilleros "a los jóvenes ejecutados en Ciudad Juárez.
El presidente tuvo que pedir disculpas ante la indignación de los padres de los sacrificados y hasta ahora no vemos a nadie del servicio de inteligencia de la republica cesado y castigado. No dudamos que Gómez Mont, haya sido el que le informara lo de los pandilleros, porque su salida de la secretaría de Gobernación es inminente.
En este país ya nos olvidamos que cuando el ciudadano vota en las urnas, lo hace por la declaración de principios, programa de acción y estatutos de un partido atreves de un escudo. Si Gómez Mont, renuncia a su partido, pues no representa los intereses de los blanquiazules por quienes los ciudadanos votaron por mayoría el julio del 2006.
El PRI, irónico, dice que Gómez Mont es un interlocutor válido pero legalmente no les sirve al panismo al menos que sea la mano negra que refuerce los apoyos del gobierno a través de su persona a favor de los azules.
No lo dudamos, porque la credibilidad de Gómez Mont, por lo menos en Veracruz, está por los suelos. En estas tierras jarochas el secretario de Gobernación es un operador más del panismo.
No fue el hombre que pidiera institucionalidad a su director del ISSSTE. La institucionalidad es el respeto entre las instituciones; entre los hombres de una institución y el respeto al estado de derecho. Lejos de eso, propuso un debate, como si el estado de Veracruz fuera un ring.
La importancia de Gómez Mont para el país como secretario de Gobernación, es enorme. Se supone que es el conciliador, quien busca la paz social. El panista de vieja tradición lamentablemente ya no le sirve a nadie.
Tan no sirve como interlocutor, que cada día son más frecuentes los ataques de los gobernadores al presidente. Esto es muy malo para la estabilidad y la paz de la república. Están sembrando discordia y están cosechando tempestades. Como dice un letrero en la entrada de Coatepec Veracruz: "Bájale".
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